José Carlos Molinos, fisioterapeuta y licenciado en Ciencias
del Deporte y la Salud, recuerda que “para niños de 10-12 años el trabajo de
hipertrofia muscular podría dar problemas en el crecimiento y evolución
natural. A estas edades, tampoco podemos trabajar con altos límites de acidosis
y lactato, ya que son contraproducentes para el desarrollo. En deportes donde
el sistema anaeróbico funciona al máximo y la acidosis es elevada, el número de
días de descanso deberá ser de 3 a 4 días (1 o 2 días más que en adultos )”.
Los niños con talento que con doce años ya se ven arrastrados al alto
rendimiento deben disponer de mucho más tiempo de reposo entre series y de
descanso entre días de entrenamiento. Hay que considerar, además, que los
deportes de fuerza máxima y potencia pueden ser perjudiciales, por repercutir
mecánicamente en tejidos en desarrollo o maduración. Y aquellas disciplinas con
predominio anaeróbico deberán ser entrenadas con no excesivas repeticiones y
mayor tiempo de descanso/reposo.
Esto hace, según Molinos, que “prácticamente todos los
deportes pueden ser iniciados a partir de los doce años, a un nivel básico y
general. Sin olvidar, en estos casos tampoco, un buen control por parte de los
profesionales dedicados al niño. Para deportes totalmente aeróbicos, de bajas
cargas y sin golpeo… además de deportes colectivos o entrenamiento en grupos, pueden
llevarse rápidamente al alto rendimiento, con trabajos diarios de cinco o más
horas y sin prácticamente días de reposo. Por poner un ejemplo, aunque no se
lleve a cabo, un grupo de niños podría entrenar en bicicleta, 365 días al año,
4-5 horas al día. Siempre que las cargas de trabajo sean muy bajas”.
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